Wednesday 17 September 2008

Una guerra que había comenzado hace mucho tiempo

Ramiro Lizondo Díaz Para quien se interese en la historia, podrá darse cuenta que la de Bolivia, es la de las masacres indígenas, campesinas y obreras desde la colonia hasta hoy. La República se sostuvo sobre la explotación de la fuerza de trabajo indígena y la base de recursos naturales, hasta hoy. El expolio y explotación consolidó una estructura social e institucional vinculada a la producción y exportación de materias primas, consolidando en el largo plazo, una condición de dependencia que lo convirtió en uno de los países más pobres del hemisferio occidental. Con una organización social extremadamente estratificada y un horizonte estatal frágil el transcurrir de su historia estuvo marcado por la exclusión y masacre. Los pueblos originarios nunca dejaron de manifestar sus anhelos de libertad, como lo prueban las innumerables sublevaciones, tanto las que culminaron con el gran alzamiento de 1780, como también las que se realizaron contra las haciendas, durante la República. Algunas de estas sublevaciones indígenas y campesinas tuvieron una magnitud enorme no sólo por el esfuerzo de la movilización y la tragedia que representó la masacre sino por la memoria y la herencia emancipatoria transmitida de generación en generación. Las de 1874 y 1899, tanto en las tierras altas como en las tierras bajas del país, ya en el siglo XX no dejarían de ser movilizaciones que terminarían en nuevas masacres como la rebelión de Jesús de Machaca en 1921 o la de Chayanta en 1928. Las masacres obreras también tenían su marca de dramatismo como la matanza de mineros en Uncía en 1923, Catavi en 1942, la guerra del Chaco (1932-1935), la revolución de 1946, la de 1952, la de 1964, la matanza de San Juan en 1967, el golpe militar de Bánzer en 1971, la masacre de trabajadores fabriles y universitarios de noviembre de 1979, la marcha por la vida en 1986, la marcha por tierra y territorio de 1990, la masacre de Amayapampa y Capasirca de 1997, las guerras del agua (2000), la guerra del gas y la masacre de El Alto de 2003; ahora la masacre de Pando (2008). Con el tiempo, se consolidó en la estructura mental de los pueblos indígenas y los movimientos populares, tanto de las tierras altas como de las tierras bajas, una cultura política insurreccional y de resistencia anticolonial que fue y es una guerra larga e intermitente contra los invasores y sus descendientes que cruza de forma transversal toda la historia boliviana. Ahora, los movimientos populares e indígenas a la cabeza de Evo Morales, se han convertido en una real opción de poder y construcción de una nueva hegemonía política que cuestiona el entramado oligárquico-clientelar y antinacional que gobernó el país hasta hace dos años atrás. Los movimientos indígenas ya no son sujetos de postal folcklórica, ahora son una real opción de poder político. Esa es la dimensión de este nuevo paradigma. Incluso a la izquierda tradicional anclada en paradigmas que ya no se sostienen, como el hecho de asumir la “inevitable” vanguardia obrera en todos los procesos revolucionarios, le cuesta asumir la potencia de este nuevo y a la vez antiguo actor social cuya estrategia de poder se sustenta en la recuperación del Estado para las mayorías nacionales y que éste sirva no sólo para asegurar la propiedad de los recursos naturales para todos los bolivianos, sino para redistribuir las rentas que se puedan obtener de su explotación. El conservadurismo de la oligarquía boliviana, idéntica a la de toda la región, se vio obligada a aceptar que les gobierne un “indio”, que según sus cálculos, caería por su propio peso y su condición de tal. Pero cuando se cuestiona la estructura de propiedad de la tierra están dispuestos a todo con tal de no abandonar el escenario de la historia. La abierta sedición de la derecha responde a una estrategia planificada y coordinada de violencia, bloqueos de caminos, ocupación de entidades estatales; control y saqueo de las instituciones públicas, plan de hostigamiento y amenazas; ocupación de cuarteles, voladura de válvulas de gas, desabastecimiento de productos básicos, desestabilización económica, creación de un clima de inseguridad y desgobierno. Un plan golpista en toda regla que coincide casi como una calca con lo que había pasado en Chile en el gobierno de Salvador Allende. Sin embargo, aún queda la sensación de pasividad por parte del gobierno boliviano. Los movimientos sociales han tomado la iniciativa para detener la escalada golpista con la movilización de las bases, cuya decisión es frenar a la derecha con la autoridad moral que les da la sangre derramada, su conciencia política, su capacidad combativa y el horizonte de visibilidad de un modelo de país distinto, porque han sido ellos quienes han cargado sobre sus hombros los vejámenes y la marginación a la que los sometió la colonia y el estado republicano oligárquico. El gobierno popular tiene la obligación de hacer respetar el Estado de Derecho en todo el país y llevar ante la justicia a los criminales, sediciosos y paramilitares fascistas que se han apuntado una nueva masacre. Lo que se pensaba tenía que ser el elemento que encendiera los sentimientos regionalistas autonomistas de la derecha fascista, ha generado una reacción contraria. El crimen y la barbarie de su accionar los deja en evidencia. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, históricamente han respondido a los intereses de la oligarquía de la que sus principales oficiales provienen. Eso explica en parte su posición de "brazos caídos" e inoperancia frente al accionar amenazante de la clase social con la que ellos mismos se identifican. En la historia de las masacres, los militares fueron siempre los actores inconfundibles de la represión y la muerte. En todos los casos actuaron como sicarios al servicio de las oligarquías. Excepto en la última masacre campesina de Pando. Esto no es señal de nada, sólo deben cumplir la ley que les asigna la responsabilidad de ser "garantes de la unidad de la patria", y obedecer a su Capitán General, el Presidente Evo Morales. Pero no hay que caer en la ingenuidad de pensar que están de acuerdo con el nuevo proyecto de país que se construye en Bolivia. La mayor debilidad del campo popular es su extrema diversidad y las luchas sectoriales. La mayor ventaja, la capacidad y tradición de lucha revolucionaria. Se ha llegado al punto de bifurcación, al punto de inflexión y quiebre. La salida "democrática" ya ha sido agotada con los resultados del Referéndum Revocatorio. La violencia la han provocado los facciosos, deben atenerse a las consecuencias de la respuesta popular. La guerra civil que muchos temen, en realidad ya había comenzado hace mucho tiempo, sólo que ahora adquiere una dinámica diferente, un liderazgo distinto. El proyecto emancipatorio que debemos apoyar es la “Revolución democrática y cultural”. Evo toma con una fortaleza abrumadora el mando de esta nueva etapa. Definiendo que su posición está al lado de ese pueblo que hoy decide asumir el reto que le impone la historia. La principal tarea de los movimientos sociales e indígenas es llevar la iniciativa y pasar de la resistencia a la ofensiva. El siguiente paso es aprobar la Nueva Constitución Política del Estado. Ramiro Lizondo es Economista boliviano. Universidad Autónoma de Barcelona.

Ultima hora Bolivia: Apresan al genocida de Pando

Econoticiasbolivia.com 2008-09-16 07:33:00 _______________________________ El principal responsable de la matanza de campesinos, el prefecto (gobernador) de Pando, el ultraderechista Leopoldo Fernández, fue detenido por efectivos del Ejército la mañana de este martes en la ciudad de Cobija, la capital de Pando. _______________________________________________________________ Fernández, que gobernó la región con mano de hierro y organizó las bandas fascistas y de sicarios que ametrallaron a los campesinos, fue conducido en un vehículo particular rumbo al aeropuerto para ser embarcado rumbo a la ciudad de La Paz o Cochabamba, donde guardará detención, hasta que se esclarezca oficialmente su responsabilidad en la masacre de la pasada semana que dejó un saldo preliminar de 15 muertos, una treintena de heridos y un centenar de desaparecidos. "Su detención obedece a una disposición legal y constitucional, en el marco del estado de sitio", aseguró en La Paz, el presidente Evo Morales. LATIFUNDIOS Y PODER En las tierras de Pando, en el norte tropical de Bolivia, en la frontera con Brasil, Fernández es considerado como la cabeza visible de una veintena de poderosos clanes familiares, que son dueños de la tierra y de los grandes negocios y que manejan vidas y haciendas a su libre albedrío. Desde antaño, Pando es el reino de los clanes familiares de los Sonnenschein, Hecker, Becerra Roca, Vaca Roca, Peñaranda, Barbery Paz, Claure, Villavicencio Amuruz. Estas ocho familias concentran cerca de un millón de hectáreas de tierras fértiles, que equivalen a dos mil veces la extensión de la capital Cobija, donde gobierna con ellos, el ultraderechista Leopoldo Fernández, otro millonario ganadero. Los millonarios de Pando son parte de los 100 clanes que son dueños de la tierra y de la vida en Bolivia. Ellos, según una investigación documentada de Econoticiasbolivia, controlan además la agroindustria, el comercio exterior, la banca y los grandes medios de comunicación, y dirigen desde el oriente y los valles de Bolivia la rebelión oligárquica contra el presidente indígena Evo Morales. DUEÑOS DE VIDAS Y HACIENDAS Los clanes familiares ya se han apoderado de las tierras más fértiles de Bolivia y han levantando gigantescos latifundios, sobre los que han edificado un creciente poder económico y político, manejando a su antojo las principales organizaciones empresariales, cívicas e incluso populares de las regiones orientales y del sur del país (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), desde donde conspiran para echar abajo al "indio presidente" e intentan armar su propio Estado, con su Parlamento y Policía propia y con el control absoluto sobre la tierras, los impuestos, la educación y los impuestos. Según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), conocido por Econoticiasbolivia, este centenar de familias tiene en sus manos 25 millones de hectáreas, cinco veces más que dos millones de campesinos que trabajan en otras cinco millones de hectáreas y que subsisten a duras penas en los minifundios, degradados por la sobreexplotación agrícola y la baja productividad. EL PESO DE LOS GAMONALES El gobernador Fernández es parte de estos clanes y es uno de los amos y señores de Pando. Su influencia es tal que incluso el propio presidente Evo Morales le ofreció, hace dos años atrás, que sea candidato por su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), para gobernar la rica región fronteriza con Brasil. El fascista Fernández lo rechazó, él no quería nada con los indios. Fernández y estos clanes son visceralmente racistas y están convencidos de que los campesinos, a los que explotan como en los tiempos del feudalismo, valen menos que sus vacas, por lo que no conciben que uno de ellos sea el actual presidente de Bolivia. Estos grupos oligárquicos han estado, desde siempre, imbricados con el poder político. Han cogobernado con las dictaduras militares y han lucrado al máximo con los regímenes neoliberales democráticos y saben, muy bien, conservar sus privilegios. El prefecto Fernández mantuvo un control casi feudal de los poderes públicos y privados en Cobija y provincias entre 1979 y 2005. Según el recuento oficial, Fernández fue funcionario público en las dictaduras de Luis García Meza (1980-1981), Celso Torrelio y Guido Vildoso (1981-1982); responsable en Pando del Instituto Nacional de Colonización (actual INRA); parlamentario, prefecto y ministro de Gobierno neoliberal y derechista del ex dictador Hugo Banzer-Jorge Quiroga (1997-2002). La ex ministra de Gobierno Alicia Muñoz denunció en 2006 que Fernández entrenaba en Cobija a paramilitares supuestamente para trabajos de "seguridad ciudadana". El año pasado, Leopoldo mandó a quemar la casa del senador pandino Cuellar que apoyó la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria de Evo Morales.
Preparan acuerdo entre Evo y los fascistas Ante la presión de las multinacionales, los terratenientes agrupados en el Consejo Nacional Democrático suspenden temporalmente las violentas movilizaciones callejeras y comienzan a negociar En medio del dolor y la condena moral de la sociedad boliviana ante la matanza de casi una treintena de campesinos en el norte de Bolivia, aplastados impunemente por la oligarquía y el fascismo, avanza en La Paz el diálogo entre el gobierno indígena de Evo Morales y el fascista Consejo Nacional Democrático (Conalde), que agrupa a los genocidas prefectos y cívicos opositores. Reunidos en Palacio de Gobierno, los ministros de Evo y los fascistas, representados por el prefecto (gobernador) de Tarija, Mario Cossío, anunciaron la madrugada de este lunes que las partes lograron importantes avances con miras a lograr un acuerdo preliminar la noche de este lunes. La reunión que se desarrolló en Palacio Quemado, se instaló a las 19.00 de la noche del domingo y se prolongó hasta las 02.15 de la madrugada de este lunes. El viceministro de Descentralización, Fabián Yaksic, dijo que se lograron avances y que no se descarta que el presidente Evo Morales participe del encuentro que refrende el pacto pacificador con la oligarquía, que tiene el control de medio país. "Lo que hemos hecho es partir de estas bases de acuerdo señalados el viernes (en el inicio de las negociaciones, NdR). Lo que hemos estado haciendo es trabajar un documento, que pueda ser suscrito entre todos y por supuesto, eso ameritaba un trabajo mucho más complicado, porque va a reflejar en el documento todos los avances que hemos tenido el día viernes", explicó. Yaksic dijo que es pertinente que Cossío consulte con sus colegas prefectos, entre los que se encuentra el genocida Leopoldo Fernández, el prefecto de Pando que instruyó la masacre de campesinos, sobre los avances y acuerdo que se pretenden firmar. A la conclusión del encuentro en La Paz el derechista prefecto Cossío informó a la prensa que "se acordó el 80 por ciento de las bases de un acuerdo preliminar que permita encarar un diálogo profundo para solucionar la crisis política y social que atraviesa el país". Comentó que en el transcurso de la jornada de este lunes hará las consultas pertinentes con sus colegas prefectos para sentarse nuevamente en la mesa de diálogo la noche de este lunes. "Va por buen caminos y es mejor tomarse un tiempo, por eso hemos acordado continuar el lunes en la noche cuando el Presidente (Evo Morales) retorne de Chile", afirmó al aclarar que no se pretende imponer condiciones para seguir el diálogo. Yaksic considera que el documento al que finalmente se llegue va permitir que se trabaje Gobierno y Prefectos en la pacificación, en el entendimiento y todo lo que se tenga que hacer en el marco de un estado de derecho. El documento que se redactó anoche establecerá las condiciones de la negociación. Por ejemplo, se definirá quiénes participarán del diálogo, qué temas se abordarán, quiénes serán los mediadores y cuál será la metodología empleada para alcanzar un acuerdo. Los temas que se abordarán en el diálogo tienen que ver con el proyecto de Constitución Política del Estado, las autonomías departamentales y la redistribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), adelantaron los medios de prensa locales. Las negociaciones se abren tras que el presidente indígena Evo Morales, que recibió hace un mes el apoyo electoral de siete de cada 10 bolivianos, virtualmente rindiera la mitad del país ante la violencia desbordada de la oligarquía y el fascismo. Los grupos fascistas masacran y matan impunemente campesinos e indígenas, tienen el control de las instituciones públicas, los caminos, aeropuertos y calles de las ciudades de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Sucre. La extrema derecha ha consolidado su poder en el oriente y los valles de Bolivia, tras doblegar la débil resistencia de la Policía y el Ejército, que por orden de Morales se han replegado a los cuarteles dejando sin protección a los sindicalistas y campesinos. Allí, en cinco de las nueve regiones del país más pobre de Sudamérica, campea con total impunidad el fascismo, que ha logrado enarbolar la bandera de la autonomía regional y arrastrar detrás de sí a miles de jóvenes y amplios segmentos de las clases medias y organizaciones de la sociedad civil, aterrorizando a los sindicalistas, a la población migrante del altiplano y a los activistas leales a Morales, muchos de los cuales han ingresado en la clandestinidad. En La Paz, este lunes, miles de trabajadores y vecinos marchaban desde El Alto para condenar la masacre, pedir castigo para los genocidas y para los fascistas. __________________________________

Tuesday 16 September 2008

Miles de personas de todas las partes del mundo llegarán al Foro Social Europeo en Malmö

El Foro Social Europeo es una reunión a nivel mundial de activistas que están en contra del neoliberalismo, contra el capitalismo dominante, y el fascismo y el racismo. Malmö recibirá a todas las fuerzas izquierdistas para demostrar una vez mas que otro mundo es posible.
Durante el desarrollo del foro habrán seminarios, películas, exposiciones, demostración de danzas, música viva con artistas nacionales e internacionales. Las actividades de América Latina se desarrollarán en Jesus Park de esta ciudad, donde harán su presencia cantantes, y grupos de músicos que llegarán directamente desde Latinoámerica.
Bolivia aportará con la presencia del periodista Grover Cardozo y Margarita Terán, dirigente canpesina. Ambas personalidades harán conocer a los participantes de este encuentro sobre la lucha de los sectores sociales para cambiar Bolivia. El Comité de Apoyo a Bolivia de Malmö, en calidad de Coordinadora de los grupos de apoyo en Escandinavia les invita a participar en este acontecimiento mas grande de Suecia para poder denunciar asimismo, que recientemente grupos encapuchados humillaron y masacraron a los indígenas en el departamento de Pando los sicarios de los prefectos racistas del Oriente boliviano.
El sábado 20 de septiembre habrá una marcha de protesta con la participación masiva de activistas que recorrerán las principales avenidas de esta urbe. Banderas y pancartas de muchos paises se agitarán contra la injusticia imperante y contra la destrucción del medio ambiente.